Cuatro cosas que aprendimos cuando los jefes de espionaje de EE. UU. testificaron ante el Congreso

La evaluación más reciente y detallada de las amenazas globales a la seguridad de los Estados Unidos ha sido revelada por la inteligencia estadounidense. El informe desclasificado publicado esta semana da a conocer la mente colectiva de la comunidad de inteligencia de EE. UU. en cuanto a las amenazas principales a las que se enfrenta el país. Además, destaca el papel de la ciberseguridad y las tecnologías emergentes en la evaluación de la postura de seguridad nacional de EE. UU., especialmente en un año electoral.

Según el informe, las principales amenazas incluyen ataques cibernéticos, conflicto regional, armas de destrucción masiva, el espionaje comercial, la inteligencia artificial (IA), la desinformación y TikTok. Las agencias de inteligencia, incluyendo la FBI, NSA y CIA, se reunieron con el Comité de Inteligencia del Senado para discutir los asuntos globales.

El informe destaca que más de 70 países han contratado empresas privadas de software espía comercial para espiar a disidentes y periodistas. El informe señala la creciente amenaza del ransomware y pide el desmantelamiento y sanción de los culpables, en lugar de prohibir los pagos de rescate.

La Inteligencia Artificial (IA) también se considera una amenaza emergente, especialmente con los deepfakes y la manipulación de la información. El informe menciona que China ha aumentado sus experimentos en la generación de IA y que las cuentas de TikTok, gestionadas por la propaganda militar china, se utilizaron en las elecciones legislativas estadounidenses.

Las agencias de inteligencia de EE.UU. compran datos disponibles comercialmente de la ubicación y el tráfico de Internet, lo que plantea preocupaciones sobre la privacidad y la capacidad del gobierno para monitorear a los ciudadanos. El informe resalta que, a pesar de las preocupaciones, el acceso a los datos de los estadounidenses sigue sin restricciones, y los gigantes tecnológicos siguen vendiendo datos personales a las agencias de inteligencia.

Vía TechCrunch