Durante la conferencia para desarrolladores I/O de Google, la empresa presentó avances en inteligencia artificial. Se destacan un motor de búsqueda impulsado por IA, un modelo de IA con una ventana de contexto expandida de 2 millones de tokens, helpers de IA en sus aplicaciones de Workspace, herramientas para integrar la IA en las apps de los desarrolladores y el proyecto Astra, una visión futura para AI que puede responder a imágenes, sonidos, voz y texto.
A pesar de estar dirigido a desarrolladores, estos eventos son una oportunidad para impresionar a los usuarios finales con la tecnología. Aunque la avalancha de noticias fue abrumadora, la presentación careció de la sensación de una revolución de IA inminente. La conclusión es que aún estamos en los primeros días del desarrollo de la inteligencia artificial.
Los asistentes notaron que incluso los empleados de Google sabían que el trabajo estaba incompleto. Al demostrar cómo la IA podía elaborar en minutos una guía de estudio a partir de un documento de cientos de páginas, se observó que las respuestas del examen no estaban anotadas con las fuentes citadas. Cuando se preguntó sobre la precisión, un empleado admitió que la IA acierta la mayoría de las veces, pero una versión futura señalaría las fuentes para verificar las respuestas. Esto plantea la pregunta: si se deben verificar las respuestas, ¿qué tan confiable es una guía de estudio basada en IA para prepararse para un examen?
En la demostración de Astra, una cámara montada sobre una mesa y vinculada a una gran pantalla táctil permitía jugar Pictionary, mostrar objetos a la IA, hacer preguntas sobre ellos, contar historias y más. Sin embargo, no quedó claro cómo estas capacidades se aplicarían a la vida cotidiana, a pesar de los avances técnicos que, por sí solos, son impresionantes.
Google no aprovechó la oportunidad para mostrar cómo su tecnología de IA impactará la vida cotidiana. Aunque la tecnología que lo hizo posible es digna de exploración, Google no destacó cómo su tecnología de IA afectará la vida cotidiana.
Aunque Google mostró momentos prometedores para la IA de Astra, hay dudas sobre su utilidad diaria. Además, algunas de las funciones más complejas, como los flujos de trabajo basados en IA o la organización de recibos, no estarán disponibles hasta septiembre.
En resumen, Google aún no está listo para revelar actualizaciones de hardware o insinuarlas. La empresa también pasó por alto sus accesorios, como los auriculares Pixel Buds. En comparación, en el mundo de Apple, estos accesorios son piezas críticas de su estrategia general.
Se tiene la sensación de que el mundo está esperando la respuesta de Apple. Su Conferencia Mundial de Desarrolladores promete presentar su propia estrategia de IA. El mundo espera ver si la IA de Apple podrá integrarse profundamente en el sistema operativo, de la manera en que lo hace Gemini en Android.
En conclusión, Google no logró una presentación de IA tan poderosa y fácil de entender como la presentación del iPhone de Steve Jobs. Aún no queda claro cuándo los usuarios entenderán la IA de Google de la misma manera.
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Vía TechCrunch
