Nick Frosst, cofundador de Cohere, una empresa que desarrolla modelos de inteligencia artificial (IA) personalizados para empresas, comentó recientemente en el podcast Found de TechCrunch que, aunque reconoce el excesivo optimismo en la industria de la IA, no considera que esté experimentando una burbuja. A su juicio, llamarla de esa manera desmerece el trabajo de empresas como Cohere, que realmente están generando funciones útiles para sus clientes.
«¿Nos encontramos a menudo con clientes que implementan nuestro modelo y desarrollan nuevas funciones completamente posibles o que automatizan procesos que antes les impedían avanzar? Eso es valor concreto. Es difícil hablar de burbuja cuando tienes algo tan útil», afirmó Frosst.
Sin embargo, a pesar de su perspectiva optimista sobre el valor genuino de la IA, Frosst no vislumbra un futuro en el que la IA alcance la inteligencia general, es decir, el nivel humano. A diferencia de otros expertos en IA como Mark Zuckerberg y Jensen Huang, Frosst no cree que esto vaya a ocurrir pronto.
«Personalmente, no creo que lleguemos a tener inteligencias artificiales ‘diosas‘ en ningún momento cercano», añadió. Además, destacó la necesidad de ajustar la percepción de la tecnología, reconociendo que, si bien es increíblemente poderosa y útil, no alcanzará el nivel de deidad digital.
Al hablar sobre el enfoque de Cohere en la construcción de su modelo de negocio, Frosst subrayó la importancia de ser realistas sobre las capacidades y limitaciones de la tecnología de IA. La empresa se basa en la investigación realizada por Aidan Gomez, cofundador y CEO de Cohere, quien previamente trabajó en Google Brain y es reconocido por su contribución al desarrollo del modelo transformador de IA.
En la actualidad, Cohere utiliza ese modelo principal para crear modelos personalizados para sus clientes corporativos. Frosst comparó este enfoque con la especialización humana en campos específicos tras dominar el lenguaje en general, enfatizando que el crecimiento y la especialización en el campo de las redes neuronales siguen una lógica similar.
Aunque Frosst confía en que los modelos de IA más amplios prevalecerán en el mercado, también advirtió que las empresas no deberían depender únicamente de sus propios modelos para todas las tareas, ya sean de consumo, B2B o de productos.
Para concluir, Frosst instó a las empresas a adoptar un enfoque realista sobre el valor y las capacidades de la IA, enfatizando que, si bien puede aportar un valor significativo, no representa una amenaza inminente para la humanidad. Este enfoque podría ayudar a contrarrestar la retórica extrema que rodea a la IA y permitir un desarrollo más equilibrado de la tecnología.
Vía TechCrunch